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¿Cómo evaluar inversiones?

Una inversión, en términos prácticos, es aquello sobre lo cual tu “prestas” tu dinero a un término o plazo determinado y, en compensación, recibes una rentabilidad de forma periódica mientras se cumple el tiempo acordado.



Un ejemplo sencillo sería cuando inviertes en un CDT, en donde lo que haces es “prestarle” al banco un monto, que para este caso será de $10.000.000, durante 1 año y con una tasa de interés (o rentabilidad) del 3% anual, lo cual quiere decir que al finalizar ese año recibirías el capital invertido (esto es los $10.000.000), más la rentabilidad de ese término o plazo acordado ($300.000), para un total de $10.300.000. En algunos casos, la periodicidad puede ser flexibilizada en el sentido de que el Inversionista puede escoger cuando desea recibir los rendimientos. En nuestro ejemplo, si se hubiese escogido una periodicidad semestral, el inversionista hubiese recibido $150.000 cada 6 meses durante ese año.


Sin embargo, como se pudo notar en la entrada El Cuadrante más "riesgoso", el riesgo es un componente inseparable de cualquier inversión y éste se manifiesta a la hora de tener acceso al capital invertido en un momento específico.


Entonces, ¿si todas las inversiones tienen ese componente de riesgo quiere decir que todas son igual de riesgosas? Afortunadamente no, y es aquí en donde cobra importancia la buena selección e implementación de criterios que te permitan evaluar el nivel de riesgo de cada opción de inversión de una forma más objetiva. Dichos criterios son:


1. El Respaldo.


El Respaldo, inicialmente, es aquello sobre lo cual se establece la inversión y que, en el peor de los casos, puede ser intercambiado por el capital invertido. Por ejemplo, si invertiste en un negocio de comidas rápidas callejeras, el respaldo podría ser el carrito de comidas en donde se preparan los alimentos. En un ejemplo más corporativo, el respaldo casi siempre está relacionado con el patrimonio de la empresa o, en última instancia, con el patrimonio personal de los socios de la misma, especialmente del representante legal.


2. La Garantía.


La Garantía es aquello que te permite acceder legalmente al respaldo en caso de algún incumplimiento. Casi siempre se materializa por medio de un documento legal que varía en cuanto a su formato, pudiendo ser un pagaré, un acuerdo de pago, un contrato, entre otros. Lo importante acá es validar la robustez jurídica y la fácil aplicabilidad en el contexto legal, para ello se recomienda contar con la asesoría de un abogado especializado en estos temas.


Regla: Para cualquier inversión es innegociable la existencia de un buen respaldo y de una garantía clara y de simple ejecución.


3. La Periodicidad.


Como lo expliqué anteriormente, la periodiocidad tiene que ver con la frecuencia temporal con la cual deseas recibir los rendimientos, llegando a ser mensual, trimestral, semestral, anual, o cualquier periodo de tiempo que sea acordado entre las partes.


Regla: Si la estrategia de inversión está orientada a la consecución de flujos recurrentes, personalmente recomiendo inversiones cuya periodicidad sea de temporalidad mensual como máximo, ya que ese es el periodo de tiempo en donde se pueden usar otras estrategias para lograr un mayor flujo de dinero en un menor tiempo.


4. La Rentabilidad.


La Rentabilidad, el ROI (La Tasa de Retorno de la Inversión) o los rendimientos, suelen ser el porcentaje de ganancias que se obtendrá al invertir el dinero.


Regla: Una regla intuitiva que se suele usar al emplear este criterio para comparar 2 opciones es que, si ambas presentan condiciones iguales o muy similares, se debería seleccionar aquella que genere un mayor ROI.


5. El Control.


El Control consiste en la posibilidad que tiene el inversionista para intervenir o influenciar directamente a la opción de inversión o a su contexto. Se manifiesta al ganar voz y/o voto en juntas de accionistas, por ejemplo.


6. El Esfuerzo.


El Esfuerzo está relacionado con el nivel de participación que deberá tener el inversionista una vez ingrese a la opción. Dicho nivel puede ser muy alto y es en donde el inversionista debe participar de forma activa para obtener las rentabilidades presupuestadas; como también, muy bajas o nulas, en donde el inversionista se limita a esperar a que el dinero llegue conforme a la periodicidad acordada.


Regla: En este sentido, es importante desatacar la relación directa que mantienen estos 2 últimos criterios. Si tu deseo es obtener ingresos sin realizar algún esfuerzo por ellos (es decir, tener ingresos pasivos), naturalmente debes estar dispuesto a renunciar al hecho de ejercer control sobre la opción de inversión, ya que, si debes realizar algún esfuerzo por controlarla, pues básicamente estarías yendo en contra de lo que entendemos por un ingreso pasivo como tal. Si hay control, hay esfuerzo y, por ende, la inversión en la que estás se aleja de ser un ingreso pasivo.


En síntesis, es inevitable hablar de inversiones sin asociar el riesgo, sin embargo, existen criterios, como los que conocimos en esta entrada, que nos permiten invertir de una forma más confiada y tranquila. Es importante mencionar que estos son los criterios más usados, más no los únicos y que evaluar una inversión es una tarea de alta responsabilidad ya que de eso dependerá el devenir del dinero invertido, por lo que te insto a aprender demasiado sobre estos temas antes de ejercer como inversionista independiente, o también puedes delegar esa labor en personas que nos dedicamos de lleno a esto para tu mayor tranquilidad y comfort.


Adicionalmente, si te interesa conocer opciones de inversión del tipo “Ingreso Pasivo”, agenda un espacio conmigo para tener el gusto de atenderte en la “Asesoría en Opciones del Cuadrante I” y aceleres así tu proceso hacia la Libertad Financiera.


¿Conocías estos criterios a la hora de invertir? ¿Cuáles más usas?


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